GABY VARGAS
Eran las seis de
la mañana. Recuerdo perfectamente el lugar en donde sucedió. Fue una
experiencia que duró segundos y, aun así, quedó grabada en mí para siempre.
Estaba sola y
entré en el aeropuerto de la
Ciudad de México para tomar un vuelo a alguna ciudad de la República. Mientras
me dirigía al mostrador para documentar, sorpresivamente tuve una sensación
difícil de explicar. Fue como si un rayo de luz saliera de mi corazón y se
conectara con el universo. Sentí una profunda armonía, plenitud, bienestar y
paz.
Esa fue la
primera vez que la viví y fue una experiencia tan placentera, que desde
entonces he buscado experimentarla de nuevo. Como además he estado varias veces
enferma, incluso en una ocasión hospitalizada a causa del estrés y la falta de
armonía en mi vida, me he dedicado a investigar el tema.
Han pasado ya
varios años desde ese día en el que pude atisbar que la sensación de armonía es
la más cercana a la felicidad. Me refiero a la armonía contigo mismo, con los
otros y con la existencia.
Lo que hoy,
tiempo después, puedo afirmar es que sentirnos en armonía es una decisión: una
decisión de vida que depende de cada quien y de una intención constante, pues
la armonía es inestable, algo que hay que trabajar todos los días.
¿QUÉ CONTRIBUYE
A SENTIRNOS EN PAZ Y EN ARMONÍA?
El concepto de
paz de los sufíes me parece precioso. Para ellos, la razón de la existencia es
simplemente alcanzar la paz. No puede haber un dios en ti si no estás en paz.
Así de simple.
Según los
sufíes, si hay algo que los dioses tienen en abundancia es tiempo. Cuando Dios
nos insufló la paz, nos insufló el tiempo. Así que un hombre tranquilo lo que
tiene es tiempo. Es fácil de concebir, pero sólo imagina que a tu día le
añadieras cinco o diez horas, habría mayor tranquilidad en tu vida, ¿cierto?
Así que si
quieres sentirte en paz, lo primero que tienes que buscar es tiempo. Tiempo
para ti, tiempo para el amor, tiempo para tu familia, tiempo para tu trabajo,
tiempo para divertirte, en fin, para lo que lo necesites.
Suena sencillo;
sin embargo, aplicarlo a la realidad no siempre es fácil de lograr. Recordemos
a Nietzsche, quien decía que lo más erótico que puedes darle a una relación es
tiempo.
Hagas lo que
hagas, si lo haces con tiempo, lo haces mejor. Y la satisfacción de lo bien
hecho es lo que te hace vivir en paz contigo mismo. Ojo: no importa si el
resultado de aquello a lo que dedicaste tu tiempo es bueno o malo, mejor o
peor; lo importante es que sepas que pusiste todo el corazón y diste lo mejor
de ti.
Por otro lado, a
veces tenemos el tiempo y lo desperdiciamos, no hacemos con él nada que nos
satisfaga. Pero si tienes la actitud adecuada para tus propósitos y buscas el
tiempo y lo aprovechas, la vida te regala la oportunidad de sentirte en paz. Es
tu decisión.
Este concepto de
paz de los sufíes es completamente diferente al que nos ha enseñado la
tradición judeocristiana, porque en ella, detrás de un hombre pacífico puede
estar la apatía como esencia.
En cambio, en el
sufismo no. Según sus preceptos, tiene que darse una proactividad para que haya
satisfacción. Y es de esa satisfacción que surge el enamoramiento de uno mismo,
lo que nos lleva a amarnos, a estar satisfechos y, por ende, a sentirnos en
paz.
Nadie puede
vivir en paz si no está satisfecho consigo. La insatisfacción hace que la vida
se convierta en anti-vida. Si partimos de ella, todo lo que hagamos será un
intento por encubrirla, buscaremos el control, el poder y causaremos daño al
otro.
Podríamos decir
que la palabra "armonía" significa la actividad del amor. Y para
estar en armonía, el amor a uno mismo es lo primero. Amor que deriva de
sentirse satisfecho, de haber dado lo mejor a la familia, al trabajo y al País.
HAY MUCHO QUE APRENDER DE LOS
SUFÍES...
"Sentirnos en armonía es
una decisión: una decisión de vida que depende de cada quien y de una intención
constante, pues la armonía es inestable, algo que hay que trabajar todos los
días".
GABY VARGAS