México D.F. a 16 de marzo de 2009
B-03-20
“CAOS: Donde nacen los sueños brillantes”. I Ching. Siglo VIII A.C.
“SE RICO: El consejo más caro con frecuencia es el gratuito. Es el consejo sobre dinero, inversiones y negocios que te dan tus amigos y parientes pobres”.
Lo que encontré no sólo me sorprendió, fue un perfecto botón de muestra de lo que de manera más amplia sucede en diversos sectores de la economía: sus casi 600 tiendas, ubicadas a lo largo y ancho del país, estaban a punto de cerrar. De manera definitiva.
Escuetamente, el portal informaba: "Circuit City agradece a los millones de clientes que compraron con nosotros durante los últimos 60 años. Desafortunadamente, el 16 de enero anunciamos el cierre definitivo de todas nuestras sucursales". El domingo, la mayoría de ellas dejó de operar. Todo estaba en liquidación.
Aún más. El lunes, el principal periódico de la ciudad, el San Francisco Chronicle, abría con un sombrío titular: "La construcción en San Francisco se frena en seco". La historia era un rosario de estadísticas sobre el deterioro del sector y los efectos en la economía de la región.
"Cerca de 25 por ciento de los empleados de la construcción", detallaba, "han perdido el puesto, a comparación de hace un año cuando el sector gozaba de casi pleno empleo". El Ayuntamiento, en un intento por promover la construcción, ha dejado de exigir algunas licencias de manera temporal.
Las estadísticas están en todas partes y no apuntan hacia un escenario precisamente esperanzador. La gigantesca economía estadounidense, con sus más de 14 billones de dólares anuales de producción, está en convulsión. Se sacude con violencia y en el proceso desemplea a millones y destruye billones en capital. El viernes, el número oficial de parados se ubicaba en 8.1 por ciento, el más alto en 25 años, la economía está destruyendo más de 600 mil empleos mensuales.
¿Se dirige al precipicio la economía más grande del planeta? ¿Atestiguamos el desfondamiento definitivo del modelo productivo más exitoso en la historia de la humanidad? ¿Se hunde el capitalismo?
No precisamente. Y el Silicon Valley es el lugar idóneo para comprobarlo.
"¿Cómo valora la economía a mediano y largo plazo?", le preguntaban recientemente a Eric Schmidt, director general de Google. "La perspectiva es muy buena... principalmente por una razón: por la capacidad de innovación de los jóvenes de este país", decía. "¿Saldremos de esto?", insistía el entrevistador. "No tengo la menor duda, la innovación tecnológica nos sacará", concluía Schmidt.
"Se trata de una 'disrupción' económica que al final del día nos beneficiará, nos hará más eficientes", argumentaba hace unos días Marc Andreessen, el creador del primer navegador gráfico de Internet y socio de un nuevo fondo tecnológico creado para apoyar propuestas empresariales en el ámbito de lo que se conoce como la Web 2.0.
¿Qué sucede entonces? ¿Cómo compatibilizar estas dos perspectivas contradictorias sobre el futuro económico?
Parte de la respuesta la daba el sábado el New York Times en uno de sus artículos de portada: "Job losses hint at vast remaking of economy" (Perdidas de empleo insinúan una amplia reestructuración de la economía).
"En los últimos meses", explicaba la nota, "el número de despidos ha crecido con tal velocidad como para sugerir que algunas compañías están abandonando por completo ciertas áreas de negocio".
Desde el comienzo de la recesión, en diciembre de 2007, se han perdido 4.4 millones de empleos, 2.6 de ellos en los últimos cuatro meses.
Parte de los despidos son consecuencia directa del fracaso del sistema financiero y la súbita interrupción del flujo de crédito; pero parte también se explica por la decisión estratégica de algunas compañías de abandonar sectores económicos en los que ya no hace sentido competir, la comercialización de electrodomésticos, como demuestra Circuit City, ya no es el negocio que era.
Aquí, en la sede mundial de Google, el aire que se respira es otro. Aunque la compañía ha dejado de contratar al ritmo al que lo había hecho en los últimos años, los planes de mediano y largo plazo son los mismos, con o sin crisis.
Y aunque soy muy consciente que el ejemplo de Google no se puede extrapolar al resto de la economía, la compañía y sus perspectivas futuras sí ofrecen una buena prognosis de la tendencia general que seguirá Estados Unidos en las próximas décadas: el país, una vez más, se reinventa de arriba abajo; se reconfigura desde los cimientos, en este caso, para operar en una economía basada en el conocimiento.
Google y su éxito son la prueba fehaciente de ello. Son un presagio de los tiempos que vienen. Una prueba irrefutable de que el éxito económico y social por tanto, vendrá de este nuevo paradigma económico.
A lo largo de los próximos años, al margen de cuándo termine la crisis, la economía mundial sufrirá una profunda reestructuración. Economías y mercados enteros desaparecerán. Otros surgirán.
Estados Unidos, bajo un nuevo liderazgo, comienza a hacer los deberes y se prepara para ello. ¿Hacen lo mismo otros países? No precisamente. Y pronto lo descubrirán.
“IMAGEN: El arado. El suelo debe prepararse. Las cuchillas del arado baten la tierra en constante movimiento, llevando aire al suelo. El proceso debe seguir cada año, o se esparcerá la más perniciosa maleza y el suelo hacinado ahogara toda vida. De la tierra, arada y fertilizada, pueden emerger las mas nutritivas y prodigiosas plantas”.
Director General
Enrique R. Del Castillo G. M.D.
ventas@panconamor.com
“SE RICO: El consejo más caro con frecuencia es el gratuito. Es el consejo sobre dinero, inversiones y negocios que te dan tus amigos y parientes pobres”.
NUEVO LIDERAZGO
MOUNTAIN VIEW, CALIFORNIA. Diego Beas. Antes de partir a San Francisco el fin de semana, en un viaje que me llevaría por varios puntos del Silicon Valley californiano, ingresé a la página Web de Circuit City, el gigante de los electrodomésticos en Estados Unidos, con el propósito de encontrar la tienda más cercana al aeropuerto.Lo que encontré no sólo me sorprendió, fue un perfecto botón de muestra de lo que de manera más amplia sucede en diversos sectores de la economía: sus casi 600 tiendas, ubicadas a lo largo y ancho del país, estaban a punto de cerrar. De manera definitiva.
Escuetamente, el portal informaba: "Circuit City agradece a los millones de clientes que compraron con nosotros durante los últimos 60 años. Desafortunadamente, el 16 de enero anunciamos el cierre definitivo de todas nuestras sucursales". El domingo, la mayoría de ellas dejó de operar. Todo estaba en liquidación.
Aún más. El lunes, el principal periódico de la ciudad, el San Francisco Chronicle, abría con un sombrío titular: "La construcción en San Francisco se frena en seco". La historia era un rosario de estadísticas sobre el deterioro del sector y los efectos en la economía de la región.
"Cerca de 25 por ciento de los empleados de la construcción", detallaba, "han perdido el puesto, a comparación de hace un año cuando el sector gozaba de casi pleno empleo". El Ayuntamiento, en un intento por promover la construcción, ha dejado de exigir algunas licencias de manera temporal.
Las estadísticas están en todas partes y no apuntan hacia un escenario precisamente esperanzador. La gigantesca economía estadounidense, con sus más de 14 billones de dólares anuales de producción, está en convulsión. Se sacude con violencia y en el proceso desemplea a millones y destruye billones en capital. El viernes, el número oficial de parados se ubicaba en 8.1 por ciento, el más alto en 25 años, la economía está destruyendo más de 600 mil empleos mensuales.
¿Se dirige al precipicio la economía más grande del planeta? ¿Atestiguamos el desfondamiento definitivo del modelo productivo más exitoso en la historia de la humanidad? ¿Se hunde el capitalismo?
No precisamente. Y el Silicon Valley es el lugar idóneo para comprobarlo.
"¿Cómo valora la economía a mediano y largo plazo?", le preguntaban recientemente a Eric Schmidt, director general de Google. "La perspectiva es muy buena... principalmente por una razón: por la capacidad de innovación de los jóvenes de este país", decía. "¿Saldremos de esto?", insistía el entrevistador. "No tengo la menor duda, la innovación tecnológica nos sacará", concluía Schmidt.
"Se trata de una 'disrupción' económica que al final del día nos beneficiará, nos hará más eficientes", argumentaba hace unos días Marc Andreessen, el creador del primer navegador gráfico de Internet y socio de un nuevo fondo tecnológico creado para apoyar propuestas empresariales en el ámbito de lo que se conoce como la Web 2.0.
¿Qué sucede entonces? ¿Cómo compatibilizar estas dos perspectivas contradictorias sobre el futuro económico?
Parte de la respuesta la daba el sábado el New York Times en uno de sus artículos de portada: "Job losses hint at vast remaking of economy" (Perdidas de empleo insinúan una amplia reestructuración de la economía).
"En los últimos meses", explicaba la nota, "el número de despidos ha crecido con tal velocidad como para sugerir que algunas compañías están abandonando por completo ciertas áreas de negocio".
Desde el comienzo de la recesión, en diciembre de 2007, se han perdido 4.4 millones de empleos, 2.6 de ellos en los últimos cuatro meses.
Parte de los despidos son consecuencia directa del fracaso del sistema financiero y la súbita interrupción del flujo de crédito; pero parte también se explica por la decisión estratégica de algunas compañías de abandonar sectores económicos en los que ya no hace sentido competir, la comercialización de electrodomésticos, como demuestra Circuit City, ya no es el negocio que era.
Aquí, en la sede mundial de Google, el aire que se respira es otro. Aunque la compañía ha dejado de contratar al ritmo al que lo había hecho en los últimos años, los planes de mediano y largo plazo son los mismos, con o sin crisis.
Y aunque soy muy consciente que el ejemplo de Google no se puede extrapolar al resto de la economía, la compañía y sus perspectivas futuras sí ofrecen una buena prognosis de la tendencia general que seguirá Estados Unidos en las próximas décadas: el país, una vez más, se reinventa de arriba abajo; se reconfigura desde los cimientos, en este caso, para operar en una economía basada en el conocimiento.
Google y su éxito son la prueba fehaciente de ello. Son un presagio de los tiempos que vienen. Una prueba irrefutable de que el éxito económico y social por tanto, vendrá de este nuevo paradigma económico.
A lo largo de los próximos años, al margen de cuándo termine la crisis, la economía mundial sufrirá una profunda reestructuración. Economías y mercados enteros desaparecerán. Otros surgirán.
Estados Unidos, bajo un nuevo liderazgo, comienza a hacer los deberes y se prepara para ello. ¿Hacen lo mismo otros países? No precisamente. Y pronto lo descubrirán.
“IMAGEN: El arado. El suelo debe prepararse. Las cuchillas del arado baten la tierra en constante movimiento, llevando aire al suelo. El proceso debe seguir cada año, o se esparcerá la más perniciosa maleza y el suelo hacinado ahogara toda vida. De la tierra, arada y fertilizada, pueden emerger las mas nutritivas y prodigiosas plantas”.
Director General
Enrique R. Del Castillo G. M.D.
ventas@panconamor.com