"TAN... TAN...", las campanas nos recuerdan que en la película son las 12:00 de la noche, mientras vemos a un sujeto que disfruta el momento sentado en las grandes escaleras situadas en una calle estrecha, añeja y empedrada de París, en pleno siglo 21.
Un coche antiguo pasa y se detiene frente a Gil Pender (interpretado por Owen Wilson), quien sueña con consagrarse como escritor. Por la ventanilla del auto se asoman tres personajes que, a primera vista, dan la impresión de venir de una fiesta de disfraces de los años 20.
Con risas y copas de champaña en la mano, invitan a Pender a acompañarlos. Aburrido de su existencia y dudoso de la relación que tiene con su prometida, Pender decide ir a la aventura, sin imaginar el tamaño de la misma. La magia comienza.
En ese auto antiguo, Woody Allen, en su PELÍCULA MEDIANOCHE EN PARÍS, nos transporta a los años 20 junto con el protagonista; a su lado conocemos a toda la élite de la bohemia artística de aquel entonces, como Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald, Picasso, Gertrude Stein, Salvador Dalí, Henri Matisse, entre otros. ¡PENDER NO LO PODÍA CREER!
A través de la imaginación, la película nos lleva y nos trae con una feliz libertad a diferentes épocas, como si se tratara de una "matrioska" (esas muñecas rusas que en su interior albergan a otra muñeca, que a su vez alberga a otra y ésta a otra más), en un juego de ficción y realidad plasmado en cuadros cinematográficos.
Al salir del cine en el que vi ese alarde de CREATIVIDAD, pienso en lo torturada y reprimida que está nuestra IMAGINACIÓN, que, en general, sólo brota a gotas. Y en cómo esta importantísima cualidad es tan poderosa que puede cambiar nuestras vidas.
QUIZÁ NO HEMOS DESARROLLADO LA IMAGINACIÓN en todo su potencial debido a la EDUCACIÓN; a esa absurda idea que nos vendieron de que la imaginación era algo negativo, un impedimento para aprender y una mera distracción. ¡Estás en la luna, niña! ¿Dónde andas niño, que no pones atención? Y de esta manera aprendimos a dejarle ese privilegio sólo a los artistas como Allen, García Márquez o Tamayo.
Esta es la razón por la que tanto EL ARTE COMO EL CINE Y LOS LIBROS SON UNA GRAN ESCUELA. Una escuela de y para la ficción.
LA FICCIÓN NOS ILUMINA LA VIDA, nos muestra mundos interiores que difícilmente podríamos poner en palabras y que nos da tareas que cumplir. A través de la ficción, comprobamos que, al estilo de Las Meninas de Velázquez, todos somos un espejo de todos. Y que sin la imaginación nunca llegaríamos a conocernos bien a nosotros mismos ni a los demás.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA IMAGINACIÓN? Sólo voltea a tu alrededor. TODO, ABSOLUTAMENTE TODO LO QUE MIRAS Y TOCAS, VIENE DE LA IMAGINACIÓN DE DIOS O DE ALGÚN SER HUMANO.
También es importante porque nos ayuda a CREAR METAS Y A PONERLAS EN PERSPECTIVA. Al confiar en nuestra LIBERTAD DE IMAGINAR para lograr sueños y pensamientos, creamos un mundo mejor, tanto en lo social, en lo económico y hasta en lo político.
SOÑAR DESPIERTO NO ES UNA PÉRDIDA DE TIEMPO; al contrario, ayuda a afinar EL DESARROLLO DE LA IMAGINACIÓN PARA CONVERTIRNOS EN AQUELLO QUE SOÑAMOS.
TE INVITO, QUERIDO LECTOR, A IMAGINAR EL TAÑIDO DE UNAS CAMPANAS a media noche que te inviten a recrear un mundo sin violencia, sin odio y sin guerras. Quizá con la fuerza de la colectividad demos paso a un mundo mejor... ¿Te imaginas? ¿Por qué no?
"Quizá no hemos desarrollado la IMAGINACIÓN en todo su potencial debido a la EDUCACIÓN; a esa absurda idea que nos vendieron de que la imaginación era algo negativo, un impedimento para aprender".
GABY VARGAS
