El OLED es una pantalla de un material flexible sobre el que se imprimen capas de un material orgánico que se vuelve luminoso cuando se le aplica electricidad.
domingo, 10 de mayo de 2009
A Más Pantalla más Eficiencia
México D.F. a lunes 11 de mayo de 2009
B-05-77
“AUTORIDAD. Gran parte del VALOR, es El Valor de Haberlo Hecho Antes”. Ralph Waldo Emerson. 1803-1882
Farhad Manjoo. Para quienes quedamos fácilmente deslumbrados por la tecnología, una visita a las extensas oficinas generales de Google, en Mountain View, California -con su réplica de la nave espacial SpaceShipOne, sus sanitarios computarizados y estacionamientos cubiertos con celdas solares- puede ser una experiencia extasiante.
Sin embargo, lo que me llamó la atención en una visita reciente fue algo bastante prosaico: los escritorios de los programadores. Específicamente, los monitores de sus computadoras.
Recientemente conocí a varios ingenieros de software que trabajan con Gmail, y cada uno hacía alarde de una configuración de pantallas espectacular. Algunos combinaban monitores horizontales con verticales, otros tenían pantallas enormes junto a pequeñas, y otros más usaban varias pantallas en serie, lo que daba la impresión de que además de construir un sistema de correo electrónico basado en la Red, ayudaban al Comando de Defensa Aeroespacial a vigilar el espacio aéreo de Estados Unidos.
En un estudio comisionado por la compañía de electrónica NEC, investigadores en la Universidad de Utah recientemente les pidieron a oficinistas que realizaran varias tareas comunes utilizando diferentes configuraciones de monitores.
Encontraron que las personas que usaron dos monitores de 20 pulgadas eran 44 por ciento más productivas al realizar ciertas operaciones de edición de textos que las personas que emplearon un solo monitor de 18 pulgadas.
Y el precio de las pantallas LCD se desplomó casi en una tercera parte en el 2008, según Sweta Dash, analista en la firma de investigación de mercados iSuppli. Dash predice que la tendencia probablemente continuará durante gran parte del 2009.
Lo que es más, durante el año pasado la industria de las pantallas empezó a ampliar los tamaños estándar de sus monitores para hacerlos más anchos, lo que ha resultado en pantallas que son ideales para trabajar con dos aplicaciones lado a lado.
El espacioso monitor de pantalla ancha de 22 pulgadas rápidamente se está convirtiendo en el tamaño estándar de la industria: actualmente, se puede comprar uno por menos de 200 dólares.
Con eso en mente, recientemente inicié una búsqueda personal para el nirvana de los monitores múltiples. Conseguí varias pantallas y las combiné en todas las maneras posibles.
Primero, intenté usar dos monitores Dell de pantalla ancha de 22 pulgadas lado a lado, lo que creó una pantalla muy ancha, de aproximadamente 38 pulgadas medidas diagonalmente. Luego coloqué cada pantalla para que su lado largo estuviera vertical; esta configuración me permitió leer un documento completo en la pantalla sin usar la rueda de desplazamiento.
Luego copié uno de los estilos que vi en Google y coloqué una pantalla de forma vertical y la otra en forma horizontal -imagine la letra T de costado, con la pantalla ancha reservada para trabajar con ventanas lado a lado, y la pantalla alta para enfocarme en un solo documento largo.
También probé un par de configuraciones con mi laptop: la pantalla de la laptop combinada con un monitor ancho, la laptop con uno alto. Finalmente, instalé la Cadillac Escalade de las pantallas, un enorme monitor de pantalla ancha de 30 pulgadas fabricado por Gateway.
Mi experiencia confirmó los hallazgos de los investigadores: tener mucho espacio de pantalla aumentó significativamente mi productividad.
Como sabe cualquier oficinista, tratar de hacer cualquier cosa en una computadora conectada a Internet puede ser todo un suplicio. En mi viejo monitor de PC -con sus 19 por 19 pulgadas, era el Honda Civic de las pantallas- la Red era un agujero a otras dimensiones, que me desviaba de manera habitual. Abría una ventana del navegador para buscar algo, pero en cuanto lo hacía, todo rastro de mi trabajo desaparecía de la pantalla y olvidaba la tarea inmediata.
Media hora después, despertaba de algún trance de navegación y me preguntaba cómo había terminado en una página sobre, digamos, la historia de la marca Adidas, o algún otro tema que no tenía nada qué ver con mi trabajo.
Una pantalla enorme no eliminaba todas las distracciones, pero disminuía su fuerza. Ahora podía mantener mi e-mail y la Red abiertos en una pantalla mientras mi documento de Microsoft Word estaba en otra. Esto me mantenía apegado a la tarea en curso. Incluso si me echaba un chapuzón en la Red, mi documento siempre estaba visible, como un recordatorio de que tenía que volver al trabajo.
Sin embargo, no era simplemente que los monitores múltiples reducían las distracciones; la disposición también incrementaba mi eficiencia cuando finalmente me ponía a trabajar. Típicamente uso dos programas principales cuando escribo artículos: Word y un editor de textos en el cual he compilado todos mis apuntes.
Por ejemplo, mientras escribo este artículo en Word, regreso constantemente a mi editor de textos para buscar datos pertinentes. Cuando la localizo, la selecciono, la copio y vuelvo a Word para pegarla.
En un monitor pequeño, esta tarea frecuente presenta un reto cognitivo, señala Jane Payfer, directora de mercadotecnia en Ergotron, compañía que fabrica las excelentes bases ergonómicas para monitores que emplee para acomodar mis pantallas en maneras distintas. Cada vez que uno despliega una ventana nueva en su pantalla, sus ojos y cerebro necesitan orientarse a la nueva imagen, acción que requiere de cierto procesamiento mental, que puede restarle rapidez.
De todas las configuraciones de monitores que probé, la que me impresionó más favorablemente fue la pantalla de 30 pulgadas de Gateway, que proporcionó suficiente espacio en la pantalla para correr cinco o más ventanas de tamaño completo a la vez. Con un precio de cerca de mil dólares, sin embargo, las pantallas de este tamaño están fuera del alcance de mucha gente.
Encontré que dos monitores de 22 pulgadas, uno colocado verticalmente y el otro en forma horizontal, fue una manera mucho más eficiente en costos para elevar mi productividad.
Para armar esta configuración, se necesita una computadora con una tarjeta de video capaz de conectarse a dos pantallas. Estas tarjetas comúnmente son incluidas en máquinas nuevas, pero con una computadora más vieja, probablemente se necesitará instalar una tarjeta de video nueva para hacer que funcione (compré una en unos 100 dólares, y pude quitar la cubierta de mi computadora e insertar la nueva tarjeta en unos 15 minutos).
Alternativamente, se puede comprar un adaptador Kensington para monitor doble. Por 120 dólares, convierte uno de los puertos USB de la computadora en un adaptador para monitor, lo que le ahorra a uno la tarea de abrir la máquina para insertar una tarjeta nueva.
Independientemente de cómo lo haga, incluir dos pantallas no costará más de 500 dólares. Eso es mucho más barato que comprar una computadora nueva súper veloz. Y su cerebro también se lo agradecerá.
Dirección General
Enrique R. Del Castillo G. M.D.
A MÁS PANTALLA... MÁS EFICIENCIA
Farhad Manjoo. Para quienes quedamos fácilmente deslumbrados por la tecnología, una visita a las extensas oficinas generales de Google, en Mountain View, California -con su réplica de la nave espacial SpaceShipOne, sus sanitarios computarizados y estacionamientos cubiertos con celdas solares- puede ser una experiencia extasiante.
Sin embargo, lo que me llamó la atención en una visita reciente fue algo bastante prosaico: los escritorios de los programadores. Específicamente, los monitores de sus computadoras.
Recientemente conocí a varios ingenieros de software que trabajan con Gmail, y cada uno hacía alarde de una configuración de pantallas espectacular. Algunos combinaban monitores horizontales con verticales, otros tenían pantallas enormes junto a pequeñas, y otros más usaban varias pantallas en serie, lo que daba la impresión de que además de construir un sistema de correo electrónico basado en la Red, ayudaban al Comando de Defensa Aeroespacial a vigilar el espacio aéreo de Estados Unidos.
En un estudio comisionado por la compañía de electrónica NEC, investigadores en la Universidad de Utah recientemente les pidieron a oficinistas que realizaran varias tareas comunes utilizando diferentes configuraciones de monitores.
Encontraron que las personas que usaron dos monitores de 20 pulgadas eran 44 por ciento más productivas al realizar ciertas operaciones de edición de textos que las personas que emplearon un solo monitor de 18 pulgadas.
Y el precio de las pantallas LCD se desplomó casi en una tercera parte en el 2008, según Sweta Dash, analista en la firma de investigación de mercados iSuppli. Dash predice que la tendencia probablemente continuará durante gran parte del 2009.
Lo que es más, durante el año pasado la industria de las pantallas empezó a ampliar los tamaños estándar de sus monitores para hacerlos más anchos, lo que ha resultado en pantallas que son ideales para trabajar con dos aplicaciones lado a lado.
El espacioso monitor de pantalla ancha de 22 pulgadas rápidamente se está convirtiendo en el tamaño estándar de la industria: actualmente, se puede comprar uno por menos de 200 dólares.
Con eso en mente, recientemente inicié una búsqueda personal para el nirvana de los monitores múltiples. Conseguí varias pantallas y las combiné en todas las maneras posibles.
Primero, intenté usar dos monitores Dell de pantalla ancha de 22 pulgadas lado a lado, lo que creó una pantalla muy ancha, de aproximadamente 38 pulgadas medidas diagonalmente. Luego coloqué cada pantalla para que su lado largo estuviera vertical; esta configuración me permitió leer un documento completo en la pantalla sin usar la rueda de desplazamiento.
Luego copié uno de los estilos que vi en Google y coloqué una pantalla de forma vertical y la otra en forma horizontal -imagine la letra T de costado, con la pantalla ancha reservada para trabajar con ventanas lado a lado, y la pantalla alta para enfocarme en un solo documento largo.
También probé un par de configuraciones con mi laptop: la pantalla de la laptop combinada con un monitor ancho, la laptop con uno alto. Finalmente, instalé la Cadillac Escalade de las pantallas, un enorme monitor de pantalla ancha de 30 pulgadas fabricado por Gateway.
Mi experiencia confirmó los hallazgos de los investigadores: tener mucho espacio de pantalla aumentó significativamente mi productividad.
Como sabe cualquier oficinista, tratar de hacer cualquier cosa en una computadora conectada a Internet puede ser todo un suplicio. En mi viejo monitor de PC -con sus 19 por 19 pulgadas, era el Honda Civic de las pantallas- la Red era un agujero a otras dimensiones, que me desviaba de manera habitual. Abría una ventana del navegador para buscar algo, pero en cuanto lo hacía, todo rastro de mi trabajo desaparecía de la pantalla y olvidaba la tarea inmediata.
Media hora después, despertaba de algún trance de navegación y me preguntaba cómo había terminado en una página sobre, digamos, la historia de la marca Adidas, o algún otro tema que no tenía nada qué ver con mi trabajo.
Una pantalla enorme no eliminaba todas las distracciones, pero disminuía su fuerza. Ahora podía mantener mi e-mail y la Red abiertos en una pantalla mientras mi documento de Microsoft Word estaba en otra. Esto me mantenía apegado a la tarea en curso. Incluso si me echaba un chapuzón en la Red, mi documento siempre estaba visible, como un recordatorio de que tenía que volver al trabajo.
Sin embargo, no era simplemente que los monitores múltiples reducían las distracciones; la disposición también incrementaba mi eficiencia cuando finalmente me ponía a trabajar. Típicamente uso dos programas principales cuando escribo artículos: Word y un editor de textos en el cual he compilado todos mis apuntes.
Por ejemplo, mientras escribo este artículo en Word, regreso constantemente a mi editor de textos para buscar datos pertinentes. Cuando la localizo, la selecciono, la copio y vuelvo a Word para pegarla.
En un monitor pequeño, esta tarea frecuente presenta un reto cognitivo, señala Jane Payfer, directora de mercadotecnia en Ergotron, compañía que fabrica las excelentes bases ergonómicas para monitores que emplee para acomodar mis pantallas en maneras distintas. Cada vez que uno despliega una ventana nueva en su pantalla, sus ojos y cerebro necesitan orientarse a la nueva imagen, acción que requiere de cierto procesamiento mental, que puede restarle rapidez.
De todas las configuraciones de monitores que probé, la que me impresionó más favorablemente fue la pantalla de 30 pulgadas de Gateway, que proporcionó suficiente espacio en la pantalla para correr cinco o más ventanas de tamaño completo a la vez. Con un precio de cerca de mil dólares, sin embargo, las pantallas de este tamaño están fuera del alcance de mucha gente.
Encontré que dos monitores de 22 pulgadas, uno colocado verticalmente y el otro en forma horizontal, fue una manera mucho más eficiente en costos para elevar mi productividad.
Para armar esta configuración, se necesita una computadora con una tarjeta de video capaz de conectarse a dos pantallas. Estas tarjetas comúnmente son incluidas en máquinas nuevas, pero con una computadora más vieja, probablemente se necesitará instalar una tarjeta de video nueva para hacer que funcione (compré una en unos 100 dólares, y pude quitar la cubierta de mi computadora e insertar la nueva tarjeta en unos 15 minutos).
Alternativamente, se puede comprar un adaptador Kensington para monitor doble. Por 120 dólares, convierte uno de los puertos USB de la computadora en un adaptador para monitor, lo que le ahorra a uno la tarea de abrir la máquina para insertar una tarjeta nueva.
Independientemente de cómo lo haga, incluir dos pantallas no costará más de 500 dólares. Eso es mucho más barato que comprar una computadora nueva súper veloz. Y su cerebro también se lo agradecerá.
Dirección General
Enrique R. Del Castillo G. M.D.
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