México D.F. a 21 de marzo de 2009
B-03-27
“SE RICO: Un empleo, constituye una solución de corto plazo, par aun problema a largo plazo”.
Rachel L. Swarns. WASHINGTON. Las cámaras de televisión filmaban, los periodistas garabateaban y Michelle Obama, la Primera Dama, de pie en un comedor para pobres, hablaba con entusiasmo sobre el brócoli al vapor, el risotto de champiñones hecho en casa y los quequitos de zanahoria y manzana recién horneadas.
Obama estaba elogiando el menú en Miriam's Kitchen, un albergue sin fines de lucro que da servicio a los desamparados de Washington. Aprovechó el momento para instar a los estadounidenses a ofrecer alimentos frescos, no procesados y cultivados localmente a sus familias y a los más necesitados en sus comunidades.
"Saben, queremos asegurarnos de que nuestros invitados aquí y en toda la nación coman alimentos nutritivos", expresó Obama, quien les sirvió comida a varios hombres y mujeres sin hogar y entregó ocho cajas de fruta fresca al comedor para pobres, todo donado por empleados de la Casa Blanca.
En sus primeras semanas en la Casa Blanca, Michelle Obama ha surgido como un paladín de los alimentos saludables y un estilo de vida sano. Ha elogiado a los huertos comunitarios, ha abierto las puertas de su propia cocina para presumir la destreza de los chefs de la Casa Blanca con las verduras y ha relatado cómo les ofrece alimentos menos engordadores a sus hijas, Sasha, de 7 años, y Malia, de 10, quienes a veces se resisten a las verduras en sus platos.
Los funcionarios de la Casa Blanca dicen que el enfoque en un estilo de vida sano será un punto importante en la agenda de Obama, que ya incluye apoyar a las familias trabajadoras y a los cónyuges de militares. Al tiempo que EU combate una epidemia de obesidad y un gusto difícil de romper por los platillos demasiado azucarados o demasiado salados, su mensaje es claro: los alimentos frescos y nutritivos no son manjares para ser saboreados por los adinerados, sino componentes críticos en las dietas de las familias normales y las que pasan apuros.
En un discurso en el Departamento de Agricultura, el mes pasado, la Primera Dama se describió como una "gran creyente" en los jardines comunitarios, que proporcionan "frutas y verduras frescas para tantas comunidades en toda esta nación y el mundo". Unos cuantos días después, invitó a las cámaras de televisión a la cocina de la Casa Blanca y elogió de manera insistente las creaciones nutritivas de los chefs, entre ellas las espinacas a la crema sin ésta última.
Walter Scheib, quien prestó servicio como chef ejecutivo bajo los ex Presidentes Bill Clinton y George W. Bush, advirtió que nadie debe esperar que los Obama cambien por completo su estilo de vida. "Esto no es decir que van a comer galletas de arroz y tofu en las tres comidas del día, para nada", afirmó.
De hecho, la Primera Dama gustosamente admite tener de vez en cuando antojo por la comida rápida. Todo es cuestión de comer con moderación, externo, al enfatizar la clase de flexibilidad que puede hacer más fácil que la gente se identifique con su mensaje.
“AUTORIDAD: El valor de una cosa no reside a veces en lo que se alcanza con ella, sino en lo que se paga por ella: ¡LO QUE NOS CUESTA!”. Friedrich Nietzsche (1844-1900).
Dirección General
Enrique R. Del Castillo G. M.D.
PRIMERA DAMA VE PRIORIDAD EN COMER SANO
Rachel L. Swarns. WASHINGTON. Las cámaras de televisión filmaban, los periodistas garabateaban y Michelle Obama, la Primera Dama, de pie en un comedor para pobres, hablaba con entusiasmo sobre el brócoli al vapor, el risotto de champiñones hecho en casa y los quequitos de zanahoria y manzana recién horneadas.
Obama estaba elogiando el menú en Miriam's Kitchen, un albergue sin fines de lucro que da servicio a los desamparados de Washington. Aprovechó el momento para instar a los estadounidenses a ofrecer alimentos frescos, no procesados y cultivados localmente a sus familias y a los más necesitados en sus comunidades.
"Saben, queremos asegurarnos de que nuestros invitados aquí y en toda la nación coman alimentos nutritivos", expresó Obama, quien les sirvió comida a varios hombres y mujeres sin hogar y entregó ocho cajas de fruta fresca al comedor para pobres, todo donado por empleados de la Casa Blanca.
En sus primeras semanas en la Casa Blanca, Michelle Obama ha surgido como un paladín de los alimentos saludables y un estilo de vida sano. Ha elogiado a los huertos comunitarios, ha abierto las puertas de su propia cocina para presumir la destreza de los chefs de la Casa Blanca con las verduras y ha relatado cómo les ofrece alimentos menos engordadores a sus hijas, Sasha, de 7 años, y Malia, de 10, quienes a veces se resisten a las verduras en sus platos.
Los funcionarios de la Casa Blanca dicen que el enfoque en un estilo de vida sano será un punto importante en la agenda de Obama, que ya incluye apoyar a las familias trabajadoras y a los cónyuges de militares. Al tiempo que EU combate una epidemia de obesidad y un gusto difícil de romper por los platillos demasiado azucarados o demasiado salados, su mensaje es claro: los alimentos frescos y nutritivos no son manjares para ser saboreados por los adinerados, sino componentes críticos en las dietas de las familias normales y las que pasan apuros.
En un discurso en el Departamento de Agricultura, el mes pasado, la Primera Dama se describió como una "gran creyente" en los jardines comunitarios, que proporcionan "frutas y verduras frescas para tantas comunidades en toda esta nación y el mundo". Unos cuantos días después, invitó a las cámaras de televisión a la cocina de la Casa Blanca y elogió de manera insistente las creaciones nutritivas de los chefs, entre ellas las espinacas a la crema sin ésta última.
Walter Scheib, quien prestó servicio como chef ejecutivo bajo los ex Presidentes Bill Clinton y George W. Bush, advirtió que nadie debe esperar que los Obama cambien por completo su estilo de vida. "Esto no es decir que van a comer galletas de arroz y tofu en las tres comidas del día, para nada", afirmó.
De hecho, la Primera Dama gustosamente admite tener de vez en cuando antojo por la comida rápida. Todo es cuestión de comer con moderación, externo, al enfatizar la clase de flexibilidad que puede hacer más fácil que la gente se identifique con su mensaje.
“AUTORIDAD: El valor de una cosa no reside a veces en lo que se alcanza con ella, sino en lo que se paga por ella: ¡LO QUE NOS CUESTA!”. Friedrich Nietzsche (1844-1900).
Dirección General
Enrique R. Del Castillo G. M.D.