México D.F. a 15 de marzo de 2009
B-03-18
EL RETICENTE MAGNATE MEXICANO
“Existe una gran diferencia entre tu profesión y tu negocio. Si te preguntan: ¿Cuál es tu negocio? Y respondes: Soy banquero. Entonces pregúntate si eres dueño de un banco. Y si tu respuesta es: No por supuesto, solo trabajo ahí. En este caso, estas confundiendo tu profesión con tu negocio”.
CIUDAD DE MÉXICO. Marc Lacey. Carlos Slim Helú, el hombre más rico de México, tiene una relación compleja con los medios noticiosos. Invierte dinero en una variedad de televisoras y empresas periodísticas y dice que ve un futuro brillante para las compañías de medios que se adapten.
Sin embargo, cuando los medios noticiosos dirigen sus reflectores sobre él, a veces da la impresión de que quiere que lo dejen solo para ganar más dinero en paz.
Voraz lector de periódicos, Slim dice no considerar que el cambio hacia las noticias digitales, que ha dejado a las empresas periodísticas emproblemadas, sea necesariamente un presagio de su fin.
Con compañías de telecomunicaciones, tiendas minoristas y constructoras bajo su comando, Slim ocupa un lugar preponderante en el panorama de los medios en México.
Raymundo Riva Palacio, periodista veterano en la Ciudad de México, dijo que después de que escribió una columna en el periódico El Universal, en el 2006, condenando a Slim como monopolista, un asesor de éste amenazó con retirarle al periódico los anuncios de sus compañías.
No era una amenaza de poca monta. Los Holdings de Slim son tan enormes que controla una gran porción de toda la publicidad a nivel nacional. Eduardo García, periodista mexicano que dirige un sitio en la Red de noticias financieras en español y da seguimiento a Slim, calculó su riqueza en casi 44 mil millones de dólares al final del 2008.
"Lo tomé como parte de la dinámica natural entre los medios y los altos mandos en México", dijo Riva Palacio, agregando que el incidente fue resuelto en forma discreta. "Así es como se hacen las cosas en este país".
Slim se negó, a través de Arturo Elías, su vocero y yerno, a ser entrevistado para este artículo. Sin embargo, Elías dijo que no se retiró ningún anuncio y que Slim no usa su poder económico de esa manera. "Somos un anunciante importante, sí, pero eso no nos da el derecho a entrometernos en la parte editorial", dijo Elías.
Slim amasó su fortuna comprando compañías en problemas y dándoles un giro de 180 grados, pero se unió a las altas esferas de los multimillonarios del mundo cuando le compró Teléfonos de México, monopolio telefónico mexicano conocido como Telmex, al Gobierno, en 1990.
Hoy, aún y cuando el mercado telefónico de México está ostensiblemente abierto a la competencia, sus tarifas están entre las más altas del mundo. Los competidores dicen que la compañía coloca obstáculos múltiples y los reguladores están renuentes a actuar.
Slim se molesta ante las sugerencias de que es un monopolista que no hace su parte por México. "Creo que es perverso que alguien crea que no debería haber compañías sólidas en países pobres", dijo a los periodistas que asistieron a una comida para los medios, en otoño pasado.
Cuando se trata de los medios, los negocios de la familia de Slim han invertido en una variedad de compañías de televisión y el año pasado compraron una participación del 1 por ciento en el periódico The Independent, de Gran Bretaña.
"Su apalancamiento es tremendo". A pesar de que Slim ve oportunidades de ganar dinero en los medios, Raúl Trejo, profesor de periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo que Slim no aspira a ser un magnate de los medios que dicte cómo se realice la cobertura de noticias.
Elías dijo recientemente que Slim vio a su inversión más reciente en The New York Times, 250 millones de dólares, por los que recibirá una tasa de intereses del 14 por ciento y garantías que son convertibles a acciones de Times Company, como un trato de negocios.
Además de los beneficios financieros, quienes conocen a Slim también ven en el trato un esfuerzo por reforzar su reputación al vincularse con una marca reconocida.
"Nosotros cubrimos a tantas malas personas aquí en México y a tantos egos desmedidos, que Slim, a pesar de todos sus defectos, no parece tan malo", dijo Riva Palacio.
“FLUJO DE DINERO: La realidad es que el trabajo de ser jefe no consiste en hacer rico a sus empleados. Su función consiste, en asegurarse de que los trabajadores reciban su sueldo. El trabajo de volverte rico le corresponde a cada persona o sea a ti, por supuesto; si uno lo desea. Ese trabajo, comienza en el momento en que recibes tu salario”.
Director General
Enrique R. Del Castillo G. M.D.
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